El impacto ambiental de las pilas y una inminente solución en Argentina
Las pilas siempre han sido un problema ambiental que -en los últimos años- comenzó a encontrar soluciones parciales en algunas regiones, sobre todo en cuanto a su disposición en lugares que sirven de acopio.
En Argentina se calcula que en promedio se consumen 10 pilas por año por persona y al terminar su vida útil y ser arrojadas, son altamente contaminantes para el suelo y el agua, por ello la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación las categorizó como “residuos peligrosos”.
Cuando las arrojamos a la basura realmente no pensamos en las consecuencias. Con el paso del tiempo, las pilas pierden las carcasas y sufren corrosión debido a la acción climática y los procesos de fermentación de la basura. En esta etapa, los compuestos tóxicos liberados se filtran contaminando el suelo y el agua. Además, a veces terminan siendo quemadas lo que ocasiona un aumento de la contaminación ya que genera sustancias muy peligrosas y cancerígenas como son las dioxinas y los furanos.
Planta piloto de tratamiento de pilas
Afortunadamente hay buenas noticias sobre una planta piloto-que es la primera y única en el país- en la cual se recuperan todos los componentes de las pilas y puede sentar un buen precedente para el futuro.
A escasos kilómetros del centro de la ciudad de La Plata, en la localidad de Gonnet se emplaza PLAPIMULASEISIC (Planta Piloto Multipropósito y Laboratorio de Servicios a la Industria y al Sistema Científico) de la mano de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de La Plata.
Los investigadores de la planta diseñaron un proceso que permite recuperar los metales presentes en las pilas agotadas …
Los Investigadores de la planta diseñaron un proceso que permite recuperar los metales presentes en las pilas agotadas logrando un doble propósito, por un lado evitar la contaminación de suelos y aguas subterráneas y por otro rescatar los metales para su reutilización, disminuyendo la explotación minera y la contaminación en la producción de los mismos.
Hoy, esa planta piloto tiene capacidad para reciclar entre ochenta y cien kilos de pilas al mes (equivalente al consumo de pilas de una población de unos 8.000 habitantes), y la idea es conseguir la patente, ya que puede haber empresas y municipios interesados en comprarla.
El proceso de reciclado -sintéticamente- es así: separan la carcasa del bióxido de manganeso y zinc que hay en su interior. Atacan cada uno de los componentes con ácido sulfúrico -producido en la propia planta sin contaminación- y luego, mediante un método llamado lixiviación, que sirve para disolver sus iones, recuperan ambos componentes hasta dejarlos listos para su reutilización.
Pla PI Mu aún no tiene un fin comercial, sin embargo ya hay producción que se podría introducir al mercado como por ejemplo chatarra acumulada. También el dióxido de manganeso (la tonelada cotiza entre 3.000 a 4.000 dólares) que podría utilizarse para hacer más pilas para la industria metalúrgica o siderúrgica. Por otro lado, el zinc recuperado se cotiza a 1.200 dólares la tonelada y puede utilizarse para hacer techos, industria alimentarla, medicamentos o pinturas.
Los datos de la Pla PI Mu son: Camino Parque Centenario y 506 CP (1987), Manuel B. Gonnet Campus tecnológico CIC Teléfonos: (0221) 484-6173 I 471-4527 Por servicios Plaplmu: plaplmu@yahoo.com.ar
Si la planta pasara de ser experimental a un negocio concreto y se replica en el resto del país, sería un avance muy importante en cuanto a reciclado y cuidado del medio ambiente.
Por otro lado, como ciudadanos tenemos que recordar no arrojar las pilas, ya que al ser desechadas junto con la basura doméstica, ocasionan graves daños a la salud y al medio ambiente debido a los materiales químicos que contienen: zinc, manganeso, plomo, cadmio y cromo. ¡A ponerse las pilas!