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Así fue el día en que dos estudiantes de periodismo lograron que Serú Girán se reúna en secreto

Hace exactamente 30 años, García, Aznar, Lebón y Moro se juntaron a pedido de dos periodistas principiantes. Y todo terminó en una zapada.

9 de marzo de 1988. Un estudio y taller de música. Dos veinteañeros estudiantes de Periodismo. Y Serú Girán. Hace 30 años se generó un momento único, impensado para estos tiempos que corren. Habían pasado seis años desde la separación del grupo que formaba con Charly García, David Lebón, Pedro Aznar y Oscar Moro, y el cuarteto ya había recibido varias ofertas para reunirse. Y lo que no consiguieron los millones de australes (¡los billetes de esa época!) lo lograron dos estudiantes de Periodismo, fanáticos de la banda y de la radio. Corría noviembre de 1987. Luciano Di Vito y Fernando González estaban obsesionados con trabajar en Rock & Pop y después de meditarlo coincidieron en que la mejor manera de entrar era si conseguían una figurita difícil. Así surgió la loquísima idea de reunir a Serú Girán para una entrevista. Di Vito (que luego se convertiría en productor de Juan Alberto Badía y de los programas de TV de Felipe Pigna) lo recuerda de esta manera en “Esta Noche toca Charly”, el libro de Roque Di Pietro: “Viviamos cerca de Coronel Díaz y Santa Fe y no tuvimos mejor idea que tocarle (a Charly) el portero eléctrico. Alguien pregunto quién es y yo dije ‘Di Vito’. La respuesta fue ‘Charly no está’. Dimos una vuelta y volvimos a tocar el timbre. Cuando atendieron esta vez dijimos ‘Gonzalez’. La respuesta fue ‘Subí’. Así entramos a la casa de Charly. (…) Nos recibió personalmente, nos invitó Coca Cola y alfajores de maicena y nos preguntó que queríamos. Le dijimos que queríamos reunir a Serú Girán para una nota. Charly nos dijo: ‘Buenísimo, si los consiguen a los otres tres lo hacemos’. Y nos pasó el teléfono para que lo llamemos”. El visto bueno de García los llenó de coraje y el próximo músico no tardó en llegar. “Lebón era fácil de encontrar porque tenía su escuela, el Taller de Música y Audio (TMA). Lo buscamos en la guía telefónica, lo llamamos y nos dijo las mismas palabras de Charly”, agrega Di Vito. El tercero en caer fue Aznar, al que también llegaron con facilidad, algo que no sucedió con Moro, el último Serú que les quedaba por cerrar. Ya había pasado enero y casi todo febrero de 1988 y a pesar de llamar y tocar timbre en su casa, Moro no aparecía. Cuando ya estaban por tirar la toalla ocurrió el milagro. “Una madrugada fuimos a comprar una cerveza a una despensa en Paraguay y Agüero, cuando de atrás nuestro una voz familiar pidió dos birras. Era Moro. Se había mudado y no tenía teléfono”, contaron Di Vito y González (ahora alejado del periodismo) en abril pasado, en una entrevista radial que dieron juntos en Bichos de Radio, el programa de AM 870 que conducen Ingrid Beck y Adrián Korol. El 9 de marzo de 1988, hace exactamente 30 años, los cuatro Serú, los dos jóvenes periodistas y el fotógrafo Sergio Leban entraron a TMA (edificio ubicado en Gascón 648, que hoy es un estudio, un sello discográfico y un espacio de venta de pianos) a las 15 y salieron 7 horas después. ¿Que pasó allí dentro? Un reportaje que finalmente fue emitido en un envío especial por los 100 programas de Maratón, el programa que Ari Paluch tenía en Rock & Pop, y como corolario un ensayo/zapada de casi 70 minutos de duración, que desde hace años circula como disco pirata. “Charly dijo ‘vamos a tocar’ y armaron con lo que había. Se grabó la zapada, que luego se filtró. Recuerdo que en un momento pasó (Juan Carlos) Baglietto, que tenía que hacer algo ahí y se quedó duro mirando la escena, no podía creer que estaba viendo tocar a Serú Girán”. Los temas que zaparon fueron cuatro clásicos del grupo (“Noche de perros”, “No llores por mí, Argentina”, “Encuentro con el diablo” y “El mendigo en el andén”); versiones de The Beatles (“Day Tripper”, “Getting Better”, “Twist & Shout”, “This Boy” y “Get Back”), “Brown Sugar” de Rolling Stones y “Kiss”, de Prince, entre otras. El audio de ese encuentro enseña a la perfección la facilidad con la que cuatro músicos con innegable empatía y sinergia conectan rápidamente, a través de las canciones, las risas y los chistes internos. Un mes y medio después, el 23 de abril, los cuatro volvieron a verse las caras en un recital de García en Obras, que por aquel tiempo despedía Parte de la religión y entraba en la etapa Cómo conseguir chicas. En esa ocasión no coincidieron en el escenario, hecho que sucedería cuatro años después, en Serú 92. Pero esa es otra historia.

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